La gran tragedia de toda guerra son, por supuesto, las pérdidas humanas, las familias destrozadas, y todo lo que por desgracia, conllevan las terribles guerras; pero además de esto, una guerra es aún más cruel con la población en donde se desarrollan, siempre supone una pérdida de identidad.
La identidad cultural es algo que los ejércitos llevan atacando desde que comenzaron las guerras, cuando una nación es conquistada, uno de los objetivos primarios es hacer arder sus bibliotecas, sus centros del saber, los lugares que contienen la historia y la identidad cultural del lugar, una forma no sólo de matar personas, también se mata sus antepasados y su herencia.